29/7/10

¿Hasta cuándo?

De un lado el resentimiento constitutivo, elemental, infinito; de otro lado la culpable estupidez. Contra los prohibicionistas pero también contra sus críticos. Algún necio alude a la defensa de las corridas de toros en la constitución del 78... No diré más que lo ya contenido aquí. Hace tanto tiempo que viene ahondándose nuestra descomposición, que es tarde ya para lamentos. Recuerdo - por ejemplo - los de Salinas, utilizados recientemente por Muñoz Molina: "¿Será verdad que tenemos la patria desecha, la vida en suspenso, todo en el aire?".
Demasiado tarde, digo, para lamentos. Propongo un ejercicio: señalar las relaciones entre la prohibición de la tauromaquia y la noticia que enlazo bajo el título de bienestar.

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