6/10/10

El Valor.

Como a Borges le sorprendía el curioso nombre de un color, el colorado, me sorprende a mí el asombroso nombre de una virtud, el valor. Hay que tener valor para no negar la presencia real del Valor. La fortaleza del valor es el centro de toda virtud, que exige siempre exponerse. 
"Todo escritor o conferenciante o maestro religioso, que se aparta del peligro y no está presente allí  donde aquel está y donde el Maligno tiene su fortaleza, es un impostor..." (S.K)
Es un hermoso espectáculo contemplar en su obra el valor de un filósofo. El valor en su persona es el timbre de su gloria. Yo lo digo, únicamente, a modo de homenaje.

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