29/8/11

El sofista

La estrategia no puede ser más evidente, ni podría ser más eficaz en nuestra "época del aislamiento mutuo" (Dostoyevski). La apuesta por la educación de pago - que prefieren llamar privada - exige un tratamiento a medio plazo: paciente, pautado, minucioso.
Ahora se actúa ante la anunciada protesta, cuyo efecto sobre la opinión podría tener algún eco electoral (que, por mi parte, juzgo escaso y a muy corto plazo) comprando - del modo más directo - la voluntad de los profesores de la educación gratuita - que prefieren llamar pública -. Se anuncia un aumento de sueldo para el profesorado de la educación pública 1, avisando del aumento de jornada de trabajo que se impone. Se anuncia el paso de 18 a 20 horas lectivas y a la par se deja de contratar a casi 3000 profesores interinos, cuya labor parece que quedaría absorbida por el incremento de la carga docente.
Por lo demás la cantidad ahorrada con la decisión viene a ser la misma - se habla de unos 80 millones de euros - que dejará de ingresarse por la desgravación fiscal de la que se beneficiara todo aquel, al margen de su renta, que matricule a sus criaturas en un colegio privado. Con esto queda del todo patente la orientación, por lo demás explícita, de la ínclita presidenta.  Pero además la interinidad constituía la vía de acceso a la función pública en el cuerpo de profesores de secundaria, su práctica eliminación ha de tener un efecto sobre la vía de acceso al mentado cuerpo, al margen de dejar en la calle a los tres mil o reorientarlos a un difícil puesto en la educación de pago, verdaderamente privada por cuanto su ortograma se reduce al incremento del beneficio. Allí la jornada lectiva - insisto lectiva - ronda las 27 horas semanales. Todo el que tenga experiencia al respecto sabrá con esto en qué consiste la calidad de semejante enseñanza.
En fin respecto del asunto no nos está vedado especular: en principio el acceso, a lo que va quedando de la vieja función pública educativa, gravitará sobre méritos académicos. Esto supone ya una importante modificación que puede presentarse como una defensa de la juventud y la formación académica pero esconde, también, una apuesta por un cuerpo de académicos antes que de trabajadores. El interinaje constituía, por un parte, una magnífica escuela cotidiana de métodos y habilidades, esas que pretenden en vano enseñarnos los académicos psicopedagogos, y por otra parte, enseñaba a los jóvenes y no tan jóvenes la necesidad de mantener sus demandas ante una administración que los ha ido maltratando hasta vencerlos definitivamente, si es que esta suspensión de la contratación de los tres mil, finalmente, se impone. Además el contrapeso de la oposición suponía que tampoco podía descuidarse enteramente la formación más propiamente erudita o académica, porque sólo un buen examen te concedía - junto a los puntos acumulados en largos años de peregrinaje interino - el acceso a la función docente. No era un método perfecto, no los hay, pero era un método relativamente más justo que cualquier otro que pueda concebir. Es cierto que los arcanos que nos gobiernan gozan del consejo bien pagado de tantos expertos que, no lo dudo, hallarán el modo perfecto de gestionar el sector.
En cuanto al aumento de la carga laboral, el opinante de nuestra sociedad (regida por la que John Locke llamara law of fashion or opinion) - un opinante que solemos llamar ciudadano, entenderá que esa jornada es realmente muy corta en comparación con las cuarenta horas, como mínimo, que afronta cualquier trabajador. Ha de señalarse, naturalmente, que esas veinte horas lectivas (sólo fueron 18 para los que habían de hacerse cargo de otras tareas), que ahora se amplían, son estrictamente lectivas, horas de clase ante los alumnos. Por lo demás, al aumentar el número de alumnos por clase, en especial en la eduación secundaria, se ha aumentado de hecho la jornada laboral de los profesores. Esto se ha venido haciendo de modo continuo en los últimos años. 
En cualquier caso hablamos de cuatro horas de clase diarias. Éstas pueden darse de muchos modos y hay, sin duda, modos poco costosos para la energía del profesor. Yo dudo de que estos modos de mínima exigencia para el profesor sean, a la par, los más enriquecedores para el alumno. Si el profesor se compromete  profundamente con sus clases, cuatro horas diarias pueden constituir una muy dura jornada laboral. Es absurdo cuantíficar de modo homogéneo cualquier profesión: un buzo no permanece sumergido ocho horas diarias y un conductor de mercancías peligrosas está obligado a los imprescindibles tiempos de descanso.  No haría falta tampoco señalar el tiempo invertido en esas clases antes y después de pisar el aula. Todas estas precisiones empiezan a ser necesarias en un entorno que ha olvidado el sentido profundo que escondía el término studium.
En fin, añádase a estas horas lectivas las dedicadas a esa función, estrictamente contraria al magisterio y aniquiladora de su naturaleza, que es la función del guardia y, junto a ellas, numerosas reuniones - cuyo valor podría discutirse - y tareas administrativas en incremento continuo como consecuencia de la asfixiante judicialización y medicalización de la educación: faltas enviadas diariamente y anotadas en diversos registros, control de sanciones, conducción de expedientes, mediación en conflictos... Con todo ello salen las cuarenta horas semanales y aún bastantes más. Nada diré del salario para no herir a nadie en un país con más de cinco millones de parados, nada diré del tiempo libre que el profesorado disfruta y que constituye uno de los lugares comunes más frecuentemente utilizados socialmente en su contra. Pero tampoco puede pasarse en silencio la llamada formación del profesorado que es mero adoctrinamiento y habilitación en tareas instrumentales y vacías de todo contenido: inglés y nuevas tecnologías.
Se agradecerá el incremento salarial, nos extasiaremos ante el horizonte de excelencia que se nos dibuja, soñaremos con higiénicas clases en perfecto inglés y, cuando despertemos, habremos olvidado la raíz de nuestra historia, el duro e intratable corazón de nuestra personalidad, la agresiva y dolorosa naturaleza de la enseñanza de esas materias - continuamente arrinconadas - que exigen el más directo contraste de ideas, la más pugnaz dialéctica. Tras el inglés podría ser el chino, que ya se ofrece, por ejemplo, en centros escolares a cargo del Opus Dei y, en un continuo ejercicio de adaptación al cambiante curso de la historia, nos convertiremos en polvo en aluvión sin referencia alguna al pasado esfuerzo por diseñar su cauce. Acaso consigamos situar la marca España entre las más apetecidas en el mercado cósmico y sanear las cuentas de la gran empresa pública que es el nuevo Estado.
Bienvenido sea el incremento salarial, hace tanto tiempo que estoy necesitando un nuevo televisor...

1. Finalmente el significativo aumento de sueldo se reducirá a su condición de reclamo y se cifrará, al parecer, en algo menos de unos veinte euros para los profesores tutores o jefes de departamento. Ya veremos como se desenvuelve el asunto a medida que crece la protesta. 

28/8/11

Proximidad y Distancia

Mil veces hemos leído acerca de grandes tragedias históricas, hambrunas abismales que segaban vidas por millares: ojos grandes, labios finos, pómulos de un rostro enteco bajo una piel gris de pergamino, óseo el gesto hasta la comisura de unos labios rígidos. A menudo se presentan las ceremonias de entonces como un acto de consuelo, como un atavismo irracional ante lo que se concebía como castigo y era únicamente un fenómeno climatológico, un terremoto, una epidemia o una guerra centeneria... Habría que dar a esas ceremonias su auténtico valor.
Hoy, en la era del altruismo y la solidaridad - neologismos modernos - hemos oído mil veces la promesa de superación no sólo de la guerra, ante el avance inexorable de un huracán de paz perpetua, sino de toda forma de miseria, ante el avance de un muerte higiénica. En la abundancia de la superproducción, sin embargo, la miseria histórica no nos abandona y, sin embargo, en un tiempo en que "la economía deviene destino del hombre" (Marx) no se nos concede forma alguna de consuelo. La, al parecer, inexorable legalidad económica que gobierna el mundo exige también sus numerosas victimas desacralizadas.Hoy las víctimas están en nuestra proximidad y también a una gran distancia porque no reconocemos - en la abstracción sin centro de la Humanidad - otro prójimo que cualquiera.
Cerca o Lejos. En la proximidad o en la distancia, nuestra posición ante el pobre ha quedado, desde luego, homogeneizada. Es el gran triunfo de la igualdad democrática.


27/8/11

F. M. Dostoyevski.

 "....La cabeza no se ha perdido pero lo que tenía dentro, eso sí. ¿Por qué me miras con este aire de crítica?
- ¿A qué te refieres Mitia?
- A las ideas, las ideas, ¡eso es! A la ética ¿Qué es la ética?
- ¿La ética?, preguntó sorprendido Aliosha.
- Sí, creo que es una ciencia ¿verdad?
- Sí, tal ciencia existe... sólo que... yo, lo confieso, no puedo explicarte de qué ciencia se trata.
- Rakitin, lo sabe. ¡Sabe muchas cosas ese Rakitin, mal rayo le parta! Monje no será. Quiere ir a Petersburgo. Allí, dice, se dedicará a la crítica, pero a la crítica noble. Bien, quizá llegue a ser algo útil y haga carrera. ¡Oh esa gente es maestra en lo de hacer carrera! ¡Al diablo con la ética! Pero yo, Aléxei, estoy perdido ¡estoy perdido, hombre de Dios! A ti te quiero más que a nadie. El corazón se me conmueve caundo pienso en tí. ¿Quién era Karl Bernard?
- ¿Karl Bernard? - volvió a sorprenderse Aliosha.
-No, no se llamaba Karl, espera, me he equivocado: Claude Bernard ¿Quién era? Trataba de química ¿no?
-Debía de ser un sabio - respondió Aliosha - pero te confieso que tampoco de él podré hablarte mucho. Sólo he oído decir que es un sabio, no sé nada más.
- Bueno, al diablo con él tampoco yo lo sé - soltó Mitia - Será algún canalla, es lo más probable; todos son unos canallas. Pero Rakitin subirá, Rakitin es de los que pasan por una rendija, también es un Bernard. ¡Oh esos Bernard! ¡Cómo se han reproducido!
- ¿Pero qué te pasa? preguntó Aliosha insistente.
- Quiere escribir un artículo sobre mí, sobre mi caso, y dar comienzo, así, a su papel en la literatura; por esto viene, él mismo me lo ha explicado. Piensa escribir algo con una determinada tendencia: "tenía que matar corroído por el medio", sostiene, según creo, y así sucesivamente, según me ha explicado. Tendrá un matiz socialista, dice. Al diablo con él; si quiere que el artículo tenga un matiz, que lo tenga, a mí me importa un bledo. A nuestro hermano Iván no le quiere, le odia; a tí tampoco te trata con muchos miramientos. Yo no le echo porque es un hombre inteligente. Sin embargo está demasiado engreído. Hoy le he dicho: "Los Karamázov no son unos canallas, son unos filósofos, porque todos los rusos auténticos son filósofos, pero tú, aunque has estudiado, no eres más que un plebeyo no un filósofo". Se ha reído, con algo de rabia. (...)
- ¿Por qué estás perdido? ¿No me lo acabas de decir? - le interrumpió Aliosha.
- ¿Por qué estoy perdido? ¡Hum! En el fondo... si he de tomarlo todo en consideración, me da pena Dios. ¡ Por esto estoy perdido!
- ¿Cómo que te da pena Dios?
- Imagínate: ahí, en los nervios, en la cabeza, es decir, en el cerebro, esos nervios (¡al diablo con ellos!)... Hay como unos rabitos, los nervios esos tienen unos rabitos, y tan pronto como se ponen a vibrar... quiero decir, verás, yo miro algo en los ojos, así, y esos rabitos empiezan a vibrar... y no bien vibran, aparece la imagen, y no aparece enseguida, sino que pasa un instante, un segundo, y se presenta así como un momento, quiero decir, no un momento (al diablo el momento), sino la imagen, es decir, el objeto o el suceso, y entonces, diablo, es por esto por lo que veo y luego pienso... hay rabitos, y de ningún modo porque tengo alma y yo esté hecho a imagen y semejanza, que todo esto son tonterías. Todo esto, hermano, me lo explicó ayer Mijaíl y sentí como una quemadura. ¡Es admirable, Aliosha, esta ciencia! Surgirá un hombre nuevo, esto lo comprendo - ¡De todos modos, me da pena Dios!
- Esto ya es algo - repuso Aliosha.
- ¿Que dé pena Dios? ¡la química, hermano, la química! No hay nada que hacer, reverendo, apártese un poco ¡la química pasa!. Rakitin no quiere a Dios, ¡no lo quiere! ¡Este es el punto flaco de esta gente! Pero lo disimulan. Mienten. Hacen comedia. "Bien, ¿expondrás todo esto en tu sección de crítica? le he preguntado. "De manera clara no me dejarán" ha contestado riéndose. "Pero, le he preguntado, ¿qué será del hombre después, sin Dios y sin vida futura? ¿Así ahora todo está permitido, es posible hacer lo que uno quiera?". "¿Y tú no lo sabías?", me ha dicho. Se ha reído. "A un hombre inteligente, dice, todo le está permitido, el hombre inteligente sabe pescar en seco; en cambio tú, dice, has matado y has caído en la ratonera, ¡por eso te pudres ahora en la cárcel!. ¡Me lo dice así el muy cerdo!. Antes, a los que hablaban así los ponía de patitas en la calle, en cambio ahora escucho. El caso es que también dice cosas sensatas. Y escribe bien. Hará cosa de una semana empezó a leerme un artículo, entonces copié tres líneas adrede, verás, espera, aquí están.
Mitia se sacó rápidamente un papelito del bolsillo del chaleco y leyó.
- "Para resolver este problema, es necesario ante todo colocar la propia personalidad en oposición a la realidad toda" ¿lo comprendes?
- No, no lo comprendo - dijo Aliosha.
- Yo tampoco lo comprendo. Es oscuro y embrollado pero resulta inteligente. "Ahora todos escriben así, dice, porque tal es el medio"..." (F. M. Dostoyevski. Los hermanos Karamázov)

26/8/11

Economía y Educación

La Comunidad de Madrid conduce a una Fundación a impartir clases compensatorias en Institutos Públicos de Educación Secundaria. Sin juzgar directamente esta intervención puedo dejar aquí la siguiente información.
La Fundación en cuestión es la siguiente: Empieza por educar.
Constituye el patronato de dicha fundación la siguiente nómina:
Presidenta del Patronato: Ana Patricia Botín
Patronos: Carlos Barrabés, Sol Daurella, Olaf Díaz-Pintado, Rosa María García, Felipe Morenés, Francesc Santacana, Francesc Solé y  Carlos Trascasa.Véase su perfil en la página del patronato.
Socios Corporativos
Socios platino
       * Fundación Marcelino Botín
Socios oro
       * Fundación Ramón Areces
       * Fundación la Caixa
       * Uría Menéndez
       * Deloitte
Socios plata
       * Deutsche Post – DHL
       * Fundación Barclays
A propósito cabe evocar lo ya expuesto en este rincón: Aquí y aquí o también aquí. Desde luego - en estas páginas la misma consideración está por todas partes, pero acaso con más precisión en estas dos viejas entradas. EEES y Jünger. Si este blog cuenta con algún lector asiduo no hará falta definir la propia posición, ni tampoco habrá lugar al temor de que se me confunda. Léase el pavoroso modelo de "profesor transformacional" que se busca.

25/8/11

Salud (2)

Hace meses volvía al tópico de brevitate vitae. Uno de los grandes temas antropológicos que adquieren su valor literario universal, decía, de la misma universalidad antropológica de la que emanan. Resultan formulados adecuadamente sólo - sugería allí - cuando han calado en la vida singular. Hoy creo haber encontrado la forma extrema del lugar en cuestión - de la brevedad de la vida -, que me parecía el fundamento trágico de cualesquiera otras cuestiones antropológicas. Paradójicamente - en apariencia - la cuestión se contempla en ese grado extremo como la duración de una vida intolerable, cuya misma brevedad aún podría consolarnos. En el mismo sentido en que nos consuela saber que la compasión de Dios abreviará los días del final del tiempo: 
"Porque habrá entonces una gran tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni volverá a haberla.Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días". (Mat 24. 21-22)
La forma extrema de la trágica cuestión universal de la brevedad de la vida, refiere - en suma - a su extraordinaria duración. Diríamos que consiste en el colapso del tiempo que antecede al suicidio. Se puede describir en singular la experiencia de esa frontera en que la progresión del tiempo busca invertirse, dando lugar a su colapso. A menudo se alude - para referir la situación - a la figura del bucle, del vórtice o del nudo insalvable. Podría añadir que la voz no deja de declarar su hastío del modo más inmediato: "¡qué asco!" ante los más sutiles semblantes del mundo, "asco" ante las fuentes del mundo mismo. "¡qué asco!" pronuncian los labios desatados de toda voluntad incluso ante el rostro de un niño. La vida se hace entonces inviable, busca invertirse hasta negar el nacimiento y difícilmente se encuentra, porque ya no se busca, un asidero. Recomendaría la huida y se me presentan dos alternativas radicalmetne opuestas: la primera sería la vía de una lenta destrucción de sí (estupefacientes, dispersión y pérdida absoluta de responsabilidad...) que, sin embargo, nos permitiera ralentizar el acto de negación. Esta vía supone un mínimo resto de esperanza, de suerte que ese tiempo muerto pudiera - mediante un auxilio inconcebible - sobreponerse algún día. La segunda vía conduce a un completo desasimiento capaz de producir un estupor - en buena medida análogo al que aportan los estupefacientes - que permita, en un absoluto abandono, dejarse llevar por el ritmo sin sentido de los días sin esperar siquiera que se quiebre en algún punto esa desolada inercia. Conceder - lo menos posible - a cualquier incitación de la vida: ayuno, silencio, abstinencia. En mitad de la actividad febril de la cosmópolis pánica esta vía resulta prácticamente intransitable. Mortificación y atenuación de la vida que, alumbra, según se nos cuenta,  con un relámpago frío, con una luz elemental y sin origen ni procedencia el rostro oculto del mundo, capaz de embelesar y arrebatar los sentidos que, superado el estupor, alcanzan la percepción más plena de la realidad. 
La tercera vía es, en este caso, la más inmediata negación de sí, sin esperanza ni dilación. Poco se detiene nadie llegado a ese punto a describir el paso sin retorno del nihilismo: nada que decir. Mientras nos entregamos a la labor diaria de manifestar nuestro asco, conservamos un ápice de esperanza. Preservar ese puntal quebrado también es el afán de estas palabras.

21/8/11

15 M y JMJ

Los medios de formación de masas no han perdido ocasión para enfrentar al extremo las convocatorias masivas de los afectos al movimiento del 15 de mayo y de los católicos, celebrantes de la Jornada Mundial de la Juventud. Sin duda, casi han logrado extremar el choque evitando cualquier discusión.
Pero su éxito no ha sido completo porque hoy aparece un signo no ya de la conocida potencia de una Iglesia que, pese a la enormidad histórica de Roma, padece - entre nosotros - una alarmante astenia, sino también de la potencia efectiva del institucionalmente embrionario movimiento del 15 de mayo. En efecto, la celebración de una asamblea conjunta, pese a la alharaca política y mediática es un valioso signo en medio de la atmósfera pestilente de los medios de formación de masas.

19/8/11

Teología elemental.

"....porque el socialismo no es sólo la cuestión obrera o del denominado cuarto estado, sino que es - ante todo - la cuestión del ateísmo, de la plasmación moderna del ateísmo, es la cuestión de la torre de Babel que se construye precisamente sin Dios no para alcanzar los cielos desde la tierra, sino para hacer bajar los cielos a la tierra" (F. Dostoyevski)

16/8/11

Investigaciones Científicas

Dos ejemplos tomados, sin buscar demasiado, de un manual de nuestro tiempo. Se recomienda no hacer en casa ejercicios como los siguientes, que están ejecutados en condiciones de seguridad y bajo la supervisión de especialistas.
1.
“Se sobreentiende que las directrices decisionales sobre cómo debe ser normativamente una política se toman en el ámbito político”.
Se sobreentiende que “directrices decisionales” equivale a simples decisiones y que si algo debe ser de un modo y no de otro, deber ser así “normativamente” porque en otro caso no debería ser así, sino que, simplemente, lo sería. Podríamos añadir que lo sería “fácticamente” para ser más “académicos” en el actual sentido de esta bella palabra que – recuerdo a G. Bueno – puede que signifique solamente “universitarios”.
Sobreentenderemos que las decisiones políticas son las que se adoptan en el ámbito político, aunque no tengamos claro si “ámbito político” aquí es o no sinónimo de Estado.
2.
“En este sentido, si se consideran los actores como objetos empíricos, el análisis estratégico se convierte en una mera descripción de situaciones particulares. Si los actores son realidades primarias o esenciales, el análisis estratégico deberá constituirse a partir de una metafísica de la libertad. Si son otra cosa – combinaciones, por tanto, de situaciones sociales particulares – es imposible pensar en definirlos con independencia del contenido de las posiciones sociales que ocupan. Es imposible, por tanto, pensar en analizar los procesos en que los actores se encuentran implicados a partir de la idea de que estos procesos consisten en un puro intercambio, ya que las modalidades de este intercambio dependerán, en definitiva, de los puntos de encuentro de los actores sociales en la estructura social, y su mensaje dependerá más de la información transmitida que del código utilizado”
                Por actores debemos entender señores que participan en su calidad de funcionarios del Estado o de trabajadores de empresas privadas – subordinadas o subcontratadas para realizar una función prescrita por el gobernante –. O bien a algún sector del funcionariado o a la empresa o empresas en cuestión. Estos actores pueden ser juzgados libres o no. Esto – en la jerga – se dice: “Si los actores son realidades primarias o esenciales, el análisis estratégico deberá constituirse a partir de una metafísica de la libertad”.
También pueden juzgarse no libres u “otra cosa”, entendemos otra cosa que libres o que realidades primarias o esenciales. Los sujetos que llamamos actores se definen, entonces, por la posición social que ocupan, posición que les determinaría negando, al parecer, su libertad. Todo ello si suponemos que el escritor de estas líneas supone que libertad equivale a ausencia de determinación, según una muy superficial “metafísica de la libertad” que, pese a su superficialidad, está muy extendida (lo que es razón de nuestra suposición).
                En fin, que si los actores no son libres o, mejor diríamos, absurdos, sino que sus decisiones están motivadas, en alguna medida, por su posición social entonces su relación con otros no podría concebirse como “puro intercambio” sino que el intercambio – o la relación – dependerá de las posiciones sociales ocupadas por estos actores. En este caso el mensaje, que en la relación se transmite dependería – no me pregunten por qué – más de la información que del código utilizado en la comunicación, supongo que se quiere decir que la relación depende más del contenido de la misma que de la forma en que se transmite ese contenido.

Nota aclaratoria.
La lectura de estos textos produce inicialmente, en los que somos de natural humilde, un efecto depresivo, derivado de nuestra tendencia a considerarnos intelectualmente incapaces, gente sin luces o de pocas entendederas. La madurez consiste en la afirmación propia alcanzada con esfuerzo, merced a la lectura de otros textos cuya comparación con esto es casi ofensiva. Esa madurez nos permite llamar a las cosas por su nombre y juzgar esta verborrea simple estupidez. La claridad es mucho más que mera “cortesía del filósofo”, que dice Ortega. La oscuridad, por el contrario, es el requisito de esta impostura.

13/8/11

Apunte

Una nota exacta de Franz Kafka sobre la Ortodoxia del Magister Laetus:

"Chesterton está tan contento que se diría que ha encontrado a Dios... en estos tiempos impíos hemos de estar alegres. Es nuestro deber"

12/8/11

Narciso vandálico y triste.

¿Lucha de clases?. Cómo seguir hablando de lucha de clases en la atmósfera de un egoismo "microfísico, capilar y disperso" en la que un individuo puede aprovechar el tumulto para apedrear un restaurante de comida rápida, porque se opone a sus ideitas relativas a la forma más adecuada de alimentación. O donde una atleta olímpica logra un nuevo móvil por la vía directa de tomarlo de un escaparate, tras destruirlo. O donde un profesor se apropia un nuevo televisor de forma semejante. O donde, finalmente, una joven millonaria hace su justicia expeditiva, no en nombre de clase alguna, sino en su propio nombre, desvalijando la correspondiente tienda. Es notable que sean determinados aparatos electrónicos y bebidas alcohólicas los objetos preferentes del robo en masa.  
Hablar de "clases" se hace difícil en este ambiente no ya de radical nominalismo, sino de descomposición sin elementos, de manera que ya no es cuestión el desvanecimiento de toda subjetividad, sino que los elementos presuntos del presunto inconsciente se disuelven enteramente en relaciones volátiles, en fluctuantes proporciones movibles, donde no queda espacio alguno para la atribución de responsablidad. Es el irrespirable ambiente ultramoderno.
 La prensa liberal presenta estos casos como modelos de vandalismo enteramente ajeno a la necesidad económica. Olvida que la idea de "necesidad básica" es una residuo naturalista que no tiene valor alguno y que es cierta concepción del deseo,"vandálica" de suyo, sobre la que ha venido trabajando el mercado pletórico de nuestro sistema económico. Por su parte, los nuevos críticos críticos de este nuevo capitalismo han asumido tan bien la lección que han elevado una indefinida, ubicua y, por supuesto, inconsciente potentia gaudendi a la categoría de realidad subyacente al fenómeno económico.
Hace décadas Charles F. Kettering, de General Motors, sabía que la viabilidad de la nueva economía dependía de la producción de un sentimiento de insatisfacción generalizado. Pues ahí está.

"La clave para la prosperidad económica consiste en la creación organizada de un sentimiento de insatisfacción" 
(Charles Franklin Kettering, citado en Sánchez Ferlosio, Rafael. Non olet. Destino. Barcelona. 2003)

8/8/11

Espiritualidad Occidental.

Hoy la norma ávida del mercado desatado dirige nuevamente su apetito a nuestra deuda, avalada por los países del norte, a través del BCE. Mañana nos encontraremos - sin posibilidad de previsión y sin medios de defensa - ante un nuevo envite de dejación, y nuestro amorfo rostro de consumidores satisfechos mostrará otra vez su gesto de alarma al ver peligrar su "calidad de vida" descalificada. Solución política no encuentro, porque no deseo ser profeta de algún mal, aunque sea menor.
Acaso reiterar una norma de elemental resistencia, en la que cifro en mi propio fuero la raíz esencial de Europa: aproximarse, unirse y permanecer juntos. Esta es la única muralla (katechon) ante el enemigo fundamental. En el mundo oceánico de las inmensas distancias, en el mundo del comercio y la espada, este elemental gesto de proximidad y reconocimiento puede resultar revolucionario por tradicional. Este contenido esfuerzo que asimila lo ajeno por continuidad inmediata, es la actitud básica de la existencia comunitaria. Pero esta proximidad pide soledad y retiro, y sólo así puede fundar una comunicación renovada. Estoy hablando de una comunidad de singulares, convivencia de solitarios, que ya sirvió de cerco ante el avance de la barbarie en otro tiempo.

"Pues aunque esté cercado de hombres buenos o de hermanos devotos, o de amigos felices o de libros santos, o de tratados hermosos, o de cantos suaves e himnos, todo aprovecha poco y tiene poco sabor cuando soy desamparado de la gracia y dejado en mi propia pobreza" (De la imitación de Cristo y menosprecio del mundo. Tomás de Kempis Capítulo. IX)

5/8/11

La Dictadura

Bajo la retórica psicológica que alude a depresivos u optimistas, a realistas fríos o a soñadores de ideas, aparecen voces que reconocen ya el estado de excepción como situación determinante de la realidad política, y buscan al dictador capaz de hacer frente a la agresión y de reordenar el estado de cosas. Ayer mismo, la derecha, hasta antes de ayer  liberal, abominaba ya del parlamentarismo y buscaba una correción presidencialista [El gato al agua. Radio intereconomía. 4.08.11]. Hoy mismo se busca al político suicida "que de un paso al frente". Todo ello envuelto en la púdica jerga psicológica que se delata en los ejemplos - A.Lincoln o W. Churchill... -  unidos a conflcitos bélicos de primera magnitud. Si ese paso al frente supone un suicidio no aparecerá el dictador, pero alguien habrá de darlo cuando la solicitud de su presencia resulte un clamor. La aclamación sustituye al voto en el estado de excepción. Las ideas de Carl Schmitt o de E. Niekisch - entre otros - acerca de los límites del parlamentarismo, vuelven a cobrar vigor. Por su parte, el anciano Carrillo ve florecer viejas revoluciones.
Si por acaso el marasmo presente es superado por medios incruentos, aunque habrán de ser necesariamente dolorosos, no deberíamos engañarnos sobre el escondido rostro del mundo que aflora hoy, bajo la balumba de badulaque de nuestras necesidades y estándares de consumo. La revolución que se aguarda no debiera conducirnos a ningún futuro, ni entregarnos a más progreso. No habría que burlarse de las demandas de recomposición espiritual del hombre, no del hombre nuevo, no del hombre de mañana, sino del hombre eterno. Pero a mí no me cabe, al respecto, ninguna esperanza. 

4/8/11

Perros del mar.

No es fácil ponerle nombre al trasunto actual del viejo Barbanegra, del Olonés, o del mismísimo Francisco Draque, tan honorable y digno de respeto que mereció el título de Sir: Sir Francis Drake. Pero, corsarios o piratas, el gran océano mundial del mercado, el gran charco del mundo, está infestado de perros del mar.
Por un parte, el gran acreedor global es la actual fábrica del mundo, por utilizar el viejo título ostentado originalmente por Inglaterra. China es el primer acreedor de los Estados Unidos de América y, por lo que a España respecta, varias veces parece haber evitado el colapso financiero comprando deuda del Estado. El medio lo constituyen los llamados "fondos soberanos" que satisfacen países ricos en fuentes de energía o materias primas, o bien países con superavit fiscal, dispuestos a invertir en la compra de deuda - pública o privada -. A China se suman aquí otros países financieramente saneados.
En atención a la tesis que defiende la substancial inseparabilidad  de política y economía, de Estado y Mercado, parece que - contra la pretendida evidencia de un mercado autorregulado - está produciéndose el tránsito a un nuevo orden político mundial, que no parece prescindir de las unidades políticas clásicas, los Estados Nacionales, aunque los reordena y, en algunos casos, promueve su articulación en alianzas que suponen síntesis relativas: uniones comerciales, federaciones, afictionías... Tampoco prescinde, sino que adelanta a posiciones de vanguardia, al efectivo protagonismo, a las viejas unidades imperiales. Y el proceso sigue pese a la ficción que pretende que la acción política se reduce a su función moderna de gestión y reequilibrio del sistema de producción, distribución y consumo, es decir, de gestión económica.
Pero, por otra parte, ayunos de todo componente histórico metapolítico, el proceso de la modernidad - la extensión de Europa ahora ya sin Europa - sigue su curso. Si China como unidad política arcaica deviene primer acreedor mundial, por otra parte estamos ante un grado extremo de democracia económica. Es que, en efecto, ahora resulta ser la "inversión colectiva" de grandes masas de pequeños inversores la que satisface unos fondos que oscilarían en torno a los 18 o 20 billones de euros. Resulta, asimismo, que en estos fondos los inversores anglosajones son ampliamente mayoritarios. La mayor, pero sólo una de estas gestoras de fondos, dispone de activos que multiplican varias veces el producto interior bruto español. A estos fondos de inversión se suman enormes "fondos de pensiones", derivados del esfuerzo de ahorro de millones de individuos que esperan disfrutar de una cómoda jubilación, y que por lo pronto satisfacen unos 14 billones de euros. Por último, también el capital acumulado en "fondos de riesgo" es de procedencia anglosajona y su riesgo derivaría del hecho de que manejan sus fondos - de hecho menores que los ya citados - enteramente al margen de cualquier consideración a otra norma que el gran mantra del mercado: optimización de beneficio, reducción de coste... Mucho cuello para tan poca soga.

2/8/11

Privateering or Piracy: En la Era de la Privatización.

Es indudable que padezco una sencillez malsana, una ingenuidad que raya en la estupidez, pero no me es posible desprenderme de semejante candor. Sin duda hay algo que no entiendo, será mucho y muy importante, pero por no verlo no puedo determinar el abismo de mi ignorancia. 
Días atrás me sublevaba la fórmula "deuda soberana", hoy me asombra el tierno desconcierto con el que los economistas contemplan la tormenta financiera. La insistencia de los inefables mercados por, al parecer, atacar a unos u otros países que, sin embargo, están cumpliendo las exigencias de las potentes instancias de gobierno o de gestión económica. Un benemérito analista señala que "roza el absurdo" un ataque tal, justamente cuando "España se está acercando al cumplimiento de las medidas exigidas por los organismos internacionales". 
Estos inversores pueden ignorar el cumplimiento de cualquier exigencia porque la única norma que orienta su acción es la que busca el continuo incremento del beneficio, entendido - naturalmente - en términos económico cuantitativos, en términos de capital. La única cuestión a dilucidar es la de si estos inversores están o no subordinados a determinantes históricos o políticos o actúan más allá de estas determinaciones clásicas. En el primer caso el ataque, como todo ataque, pide una defensa que puede ser un contraataque o una rendición; en el segundo nos encontraríamos ante todopoderosos piratas. Éste ha de ser el caso porque se nos recomienda hacia ellos un trato exquisito: "En palabras del gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez, en realidad son "solo personas" a las que hay que escuchar cuando tienen razón, pero en caso de que se equivoquen, más que atacarlos es mejor tratar de convencerles con datos y razones objetivas."
Corsarios (Privateer) o piratas (Pirate) la diferencia es poca cuando se trata de razón de guerra. Hace un siglo una situación de reordenación mundial análoga, aunque a menor escala, no escondía el anclaje nacional e imperial de los contrincantes y desembocó en la noche de los tiempos que se extiende entre 1914 y 1945. Hoy estos Sres inversores, capaces de comprar los bonos de cuya colocación parece que dependemos, pretenden haberse deshecho de todo referente histórico, actúan en el limbo sin historia del más abstracto mercado financiero y su único ortograma es el egoiforme incremento de beneficio. Acaso esconden, tras su inimaginable abstracción, un resto de realidad histórica y sirven al sostenimiento del último emperador. Acaso no, y como piratas, en el sentido más estricto, no sólo no deberíamos someternos a su extorsión, sino tratar de medir con la soga el diámetro de su cuello. Desde luego, esta última determinación pide la mayor precaución ante la naturaleza y magnitud del enemigo.Cierto que el mercado no tiene cuello ni hay soga que lo estreche. Pero, dentro de mi ingenuidad, no he alcanzado todavía el delirio idealista extremo que admite voluntades sin cuerpo. Al margen de cualquier otra consideración sería bueno llamar por su nombre al que nos ataca y no olvidar - pese a tantos años en el limbo posthistórico - que siempre mereció el honroso título de enemigo.
Salud.

DE LA NADA, QUE AVANZA

Ese título es casi un lugar común, el desierto debiera habernos asfixiado ya. Acaso lo ha hecho. Me miro las manos, nervudas y cruzadas de v...