El nombre de esta entrada procede de un libro que merece una respuesta: frontal, detenida, radical, compleja. Lo firma Beatriz Preciado.
Testo yonqui. Espasa. 2008. La demolición del lenguaje (lenguaje-dominación, o algo así sería un término de su reserva) hace angustiosa su lectura. Cito al
Magister Laetus en continuidad con esta referencia, por deshacerme de la negra angustia y del terror.
"Cuatro días antes de la aparición de la apasionada crítica del Yorkshire Post, el creador del Padre Brown había estado explicando el cosmos al arremeter contra la "próxima herejía". Chesterton afirmaba que tal herejía "va a ser sencillamente un ataque a la moralidad y en particular a la moralidad sexual". No iba a venir "de algunos socialistas sobrevivientes de la Sociedad Fabiana, sino de la exultante energía vital de los ricos resueltos a divertirse por fin, sin Papismo, ni Puritanismo, ni Socialismo que les contengan". Era una herejía mucho más peligrosa que la débil teoría del colectivismo, ya que, a diferencia de ésta, llamada al fracaso por carecer de raíces auténticas en la naturaleza humana, estaba enraizada en las profundidades abismales de la raza humana. Era una herejía "cuya flor es la lujuria de la carne, la lascivia del ojo y el orgullo de la vida". El hombre que no puede verlo era "incapaz de contemplar por la calle los signos celestiales", una nueva clase de señales del cielo: "La locura de mañana no está en Moscú, sino mucho más en Manhattan, la mayor parte se encontraba en Broadway y ya está en Picadilly".
Afirmaba que esta nueva explosión de promiscuidad había secundado anteriormente la herejía del materialismo de los siglos dieciocho y diecinueve..."
(Pearce, Joseph. G. K. Chesterton. Sabiduría e inocencia. Encuentro. Madrid.2009)
Aprovecho para recordar el tratamiento que Chesterton dio a Freud ya en 1925, es decir, cuando el padre del psicoanálisis era universalmente aclamado. Freud, sin duda, uno de los animadores del espíritu de la nueva era. El diagnóstico chestertoniano apareció en el primer número del G. K´s Weekly el 21 de marzo de 1925.
"Los ignorantes pronuncian Frud
para ponerle peros o aplaudirle.
Los bien informados pronuncian Froid
y yo sin embargo pronuncio Fraude."
(Pearce, J. pág. 380)