Ahora, cuando se aproxima la canícula, nos detendremos nuevamente y como todo en este país, hasta el próximo latido del mundo, que se aguarda para septiembre. Por mi parte, espero remontar el vuelo el año próximo, que los enredados de siempre en la vida de escuela concebimos en cursos académicos. No se trata de vacaciones, que no estamos tan enajenados, sino de mudanza. Un cambio pavoroso para todos los que habitamos un hogar (léase a Fustel de Coulanges). Es necesario. Haré un silencio de diversión como el estratégico fuego, para atacar por otro lado, en un tiempo breve. Salud.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
DE LA NADA, QUE AVANZA
Ese título es casi un lugar común, el desierto debiera habernos asfixiado ya. Acaso lo ha hecho. Me miro las manos, nervudas y cruzadas de v...
-
A finales de los años ochenta se planteaba esta cuestión Juan B. Fuentes, con ocasión de la edición española de la obra de E. Brunswick (190...
-
De entre los hallazgos que pueda revelar el último libro del hispanista Stanley G. Payne, probablemente nada relativo a la historia de Españ...
-
"Año nuevo, vida nueva" afirma el común sin reparar en que no hay tránsito a nueva vida sin muerte previa. No quiero tanto, basta...
No hay comentarios:
Publicar un comentario