29/9/07

Servidumbre satisfecha.

Viejos programas, dignos de revisión.
Hilaire Belloc hace un siglo:
"Dividiré el tema así: 1) Formularé algunas definiciones. 2) A continuación describiré la institución de la esclavitud y el Estado Servil, del cual constituye la base tales como eran en la antigüedad. 3) Luego esbozaré muy sumariamente el proceso por el cual esa institución milenaria de la esclavitud fue disuelta paulatinamente durante los siglos cristianos, y el sistema medieval resultante, fundado en la propiedad sumamente dividida de los medios de producción. 4) Desbaratado en algunas zonas de Europa cuando se acercaba a su plenitud, y sustituido en los hechos aunque no en la teoría jurídica, por una socidad fundada en el capitalismo. 5) A continuación, mostraré cómo el capitalismo era inaceptable por su propia naturaleza, dado que su realidad social se enfrentaba con los sistemas jurídicos vigentes o posibles, y asimismo porque sus resultados, al negar el necesario sustento y la seguridad, eran insoportables a los hombres; mostraré cómo esa inestabilidad suscitaba un problema que exigía una solución, vale decir, la implantación de alguna forma estable de sociedad en la que hubiera correspondencia entre su sistema legal y su sistema social, y cuyos resultados económicos, al conceder el necesario sustento y la seguridad fueran tolerables a la naturaleza humana. 6) Presentaré luego las tres únicas soluciones posibles: i. El colectivismo, que pone los medios de producción en manos de los agentes políticos de la comunidad. ii. La propiedad, o restablecimiento de un sistema distributivo, en que todos los ciudadanos poseen individualmente los medios de producción. iii. La esclavitud, o un Estado Servil, en el cual los que no poseen los medios de producción se verán compelidos legalmente a trabajar para aquellos que los poseen y tendrán asegurada, en retribución, la subsistencia. Ahora bien, considerada la repugnancia a preconizar directamente la tercera solución y sostener intrépidamente el restablecimiento de la esclavitud que los restos de nuestra larga tradición cristiana suscitarían en nosotros, sólo las dos primeras se encuentran a disposición de los reformadores: 1. la reacción orientada a un régimen de propiedad bien repartida o un Estado Distributivo; 2. la tentativa de establecer el Estado Colectivista ideal. Puede mostrarse fácilmente que esta segunda solución atrae de la forma más natural y sencilla a una sociedad ya capitalista, a causa de la dificultad en que se ve ésta de hallar la energía, la voluntad y la inteligencia que requiere la primera. 7) A continuación pasaré a mostrar como los esfuerzos en pos del Estado Colectivista ideal, hijo del capitalismo, llevan a los hombres que actúan en una sociedad capitalista, no al Estado Colectivista ni a nada que se le parezca, sino a esta otra cosa, completamente distinta: el Estado Servil. Añadiré a esta sección un apéndice que muestra cómo se halla fundada en una ilusión la tentativa de implantar el colectivismo gradualmente por medio de la adquisición pública de los medios de producción. 8) Reconociendo que un argumento teórico de este género, aunque intelectualmene persuasivo, no basta par dejar sentada mi tesis, terminaré suministrando ejemplos de la legislación británica moderna que prueban que el Estado Servil lo tenemos realmente con nosotros" (H. Belloc)



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