El verdugo es el pilar de la sociedad (J. de Maistre). Es cierto que a los viejos profetas del sentido común hoy simplemente se les juzgaría reaccionarios. Esto no significa que todo reaccionario sea un monumento al sentido común. En todo caso: ¿No es un atentado al sentido común la fórmula cadena perpetua revisable?
Es preferible no decir una sola palabra sobre la cuestión y, sin embargo, es preciso tomar posición contra el modo en que se fuerza el sentido común. Desde que el pudor se convirtió en patología la cloaca demuestra su salud en los lugares públicos, suele ser licenciada en ciencias de la información, vulgo periodista. La inversión que afectó al pudor, ha convertido al sentido común, según parece, en simple reacción.
(Simple reacción a un "debate televisivo").
2 comentarios:
La cadena perpetua revisable más que contradicción, es la resistencia artera a ceder el último bastión.
La idea de que es reinsertable cualquier tipo de conducta mendiante unos mismos procedimientos, se vendría abajo desde el momento en que, con una condena perpetua sensu stricto, se significara que los crímenes derivados de ciertos comportamientos carecen de compensación posible y, por ello, sólo merecen castigo, es decir, que en el simple y mero castigo consite su expiación. Conclusión: la impunidad criminal que lleva aprejada aquella idea de reinserción se arruinaría a la vez que el pensamiento dominante, ¿ingenuamente? bondadoso que la sustenta.
De acuerdo, mi asco regurgitado aquí no se dirigía tanto contra alguna abstracción sino contra el rostro deformado de algunos sujetos presentes en el aludido debate. Ni quiero evocarlos, ni me lo permite mi delicado metabolismo.
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