23/9/09

Comarca

Búsquese hasta el final el sentido de esta asombrosa palabra: comarca.

"No envidié nunca la agilidad del pájaro, que vuela donde quiere, sino el destino del árbol que muere donde nace" (Ramiro de Maeztu)

22/9/09

La perspectiva hispánica.

"No se ha hecho todavía con el necesario valor y seriedad la historia de la disolución política del Imperio hispánico. Y no se ha hecho todavía, porque hasta ahora no hubo nunca la sazón para hacerla. No es que faltaran ni los materiales ni las capacidades; ha faltado, simplemente, la coyuntura cultural. La misma situación expresada en el terreno de los hechos políticos por la ruptura del Imperio, estaba expresada en el terreno intelectual por la aceptación apresurada y casi forzosa de ajenas valoraciones. La categoría política "Estado nacional" que estaba sirviendo en Europa a la integración y crecimiento de las nuevas potencias, serviría entre nosotros para dar la medida de nuestra desintegración y mengua. Aceptada, pues, como cosa obvia la dogmática del nacionalismo, que permitía interpretar la ruptura de nuestra unidad política como un hecho de evolución natural, inevitable y hasta digno de pláceme, sólo era posible una historia hecha desde la perspectiva de cada uno de los Estados que se habían erigido sobre las ruinas del Imperio para administrar los sectores de la gran comunidad hispana, ahora políticamente desligada. La España peninsular optó más bien por ignorar en desganados apéndices de su historiografía tanto el hecho penoso como los ulteriores avatares del resto de la antigua entidad imperial; mientras que en América se aplicaba la literatura política a construir con laboriosa artesanía la historia de las respectivas naciones, mediante la aplicación retrospectiva de categorías del conocimiento histórico dentro de las cuales se encajaba la realidad sólo malamente y a  costa de enormes dificultades.
Así el complejo acontecimiento ha sido presentado con unilateral simplismo, como una guerra nacional de independencia contra la invasión napoleónica; en América, como guerras nacionales de independencia contra la dominación española...
Cuando - derogada la vigencia de las valoraciones y criterios políticos propios de la ideología moderna, por efecto de la crisis actual en que ha hecho desembocar al mundo - se pueda alcanzar una comprensión penetrante de la historia de la caída del Imperio hispano, asombrará comprobar la ardiente y frenética confusión de ideas con que los hombres de entonces trataron de dominar y prestar sentido a la catástrofe que se les había venido encima. Se advertirá que todos sus esfuerzos por salir, de un modo u otro, lo menos mal posible, de entre los escombros precipitados sobre sus cabezas, se inspiraban  más en concepciones inexpresas, y hasta en sentimientos, que en una clara idea política. Ideas, había muchas; cada cual tenía las suyas, pero faltaba lo que se dice una idea política. Y esto, aun en el caso de aquellos que, poseídos de un espíritu constructivo y de un vigoroso sentimiento de responsabilidad histórica, como San Martín y Bolívar, se aplicaron al empeño - frustrado al fin - de conservar, siquiera en el continente americano, la unidad hispánica." (Francisco Ayala.)

21/9/09

D. Francisco Ayala.

Pese a un reconocimiento tardío pero efectivo de su obra literaria, sólo de modo menor ha alcanzado reconocimiento la producción ensayística y sociológica de Francisco Ayala. Casi ningún eco ha logrado el costado metafísico y filosófico de su producción. Me temo que su nombre sigue sin pronunciarse prácticamente en las facultades españolas de filosofía. Yo jamás lo oí en las mismas aulas que escucharon la voz de Ortega.
Pero Ayala es, a mi juicio, uno de los nombres grandes de la filosofía española del siglo XX y quizás el nombre grande de la sociología y la filosofía social española de la centuria pasada. Por ejemplo, su mediación en la conocida polémica que opuso a Claudio Sánchez Albornoz y Américo Castro - menos conocida que citada - logra una definición y un rigor que, a mi juicio, no alcanzan los mencionados maestros.
Acaso haya sido su presencia tardía en nuestra menguada España y el libre ejercicio de su filosofía lo que, si bien le ha dado para floripondios y discursantes, no para una acendrada y firme elaboración sobre su pensamiento. Es, también en esto, un indiscutible discípulo de Ortega. Como en el caso de Ortega encontraremos los necesarios especialistas, pero su obra no ha podido desbordar los círculos de letrados y hombres cultos. Y esto es grave, en hombres que tienen vocación y estilo popular (lo contrario de la vulgaridad) y que afrontan cuestiones inexcusables para la comprensión de la naturaleza y la historia de España, tan necesaria para su misma persistencia. Habría sido necesario que la "arenisca del público" fraguara en torno a esta obra la estructura de una sociedad. No lo ha logrado en la libre concurrencia con las voces de publicistas, libelistas y editorialistas dotados del atronador amplificador de los medios de masas. Y bien que se nota.

"Pero mientras que la Iglesia, la universidad y aún todavía las Cortes de los Príncipes eran instituciones sólidas, apoyadas en tradiciones firmes sobre una formidable trabazón de intereses, el público es pura arenisca, viento y nada; carece de consistencia, y apenas si, a costa de los mayores esfuerzos, logra mantenerlo el intelectual prendido de sus labios. Ni por un instante puede abandonar su actuación frente a él, porque en seguida se le dispersa, distraído, igual que se dispersa el grupo de oyentes adventicios tan pronto como cesa de hablar el orador de feria".

Al retortero

En orden a La siniestra necesidad del caos.

18/9/09

Facticismo

Facticismo llamamos a toda doctrina que da por bueno lo existente, en un sentido amplio. En el terreno histórico el presente triunfante se convierte en criterio de valor. Es - por otra parte - la fórmula misma que rige el mercado en el que algo vale lo que de hecho se paga por ello, el valor reducido al precio. Es el secreto de la moderna idea de éxito o de triunfo meramente mundano que rige la clasificación de, por ejemplo, los programas de televisión en función del share. Es la fórmula misma de la democracia inorgánica reducida a estadística. Detrás se encuentra el proceso de emancipación que se inicia con la revolución teológica que  hace del éxito terrenal signo de la Gracia de Dios. Es el principio de una sociedad que afirma The best man wins, cuya contrafigura se encuentra en el Humillado, el Vencido, el Gran Sacrificado.

12/9/09

Obturación

Cerrar una vía, negar salida. Esa es nuestra situación: obturados, detenidos, bloqueados. La aporía es fundamental, absoluta, plena. Pujamos para abrirnos paso, pero el resultado contribuye a nuestro fracaso. Nada substancial y consistente, somos nadie. Nada ha de ser, ni guardamos memoria de lo que haya sido, apenas en el umbral del instante somos. En el mundo actual cualquier persistencia es ya un triunfo, una victoria en la lámina breve de la esperanza: quebradiza, liminar, ajustada. Abrir los ojos cada mañana con el asombro de seguir siendo un día más el peso del cuerpo heredado, la lengua que otros hablaron, el hábito adquirido y fosilizado. Sin herrumbre, sin esclerosis, luminosa y nueva arquitectura del día reciente y blanco. Para nada, para reiniciar el mismo tránsito: décadas de seguir trillando la vieja parva y el mismo grano. Nada luminosa, luz en blanco. Que Dios me aguante en la firme palma de su mano.

5/9/09

Izquierda Eterna

La izquierda realista y naturalista ha hecho de la adaptación su única guía de acción política en todos los terrenos. Desmoralizados, ceden y desisten ante cualquier esfuerzo por realizar cualquier norma. No en vano han juzgado toda norma superestructural o sustitutiva pseudosatisfacción de nuestro deseo - según incidan más en el marxismo o en el freudismo -. Por ello es paradigmático el caso de la prostitución, contra la que ya no sirve luchar, sino  que debiéramos asimilar. Es efecto, es una realidad a cuya presencia hay que adaptarse, sin tratar de vencerla como si la juzgáramos intrínsecamente mala. Es la elevación plena de la realidad a norma, no otra cosa es lo que hemos llamado a veces facticismo... De hecho, los señoritos incluso deciden que estamos ante trabajadoras sociales que mantienen la salud sexual de nuestra población. Se trata de la máscara más servil del nihilismo moderno.

3/9/09

Leyendo a Hermann Broch

La soledad es la cualidad característica del individuo, ese invento moderno. En los actualísimos idiomas la individualidad se identifica con la personalidad, da un poquito de asco cómo se utiliza "personal" como sinónimo de "individual". Si algo niega (dialécticamente) al individuo es la persona o, dicho de otro modo, una persona plena devendría un arquetipo singular (una forma universal, un tipo, una figura) carente de cualquier componente individual. Es una idea límite y nadie es persona perfecta, a ella se aproximan algunos finados egregios, y son precisas ambas condiciones: antonomasia y muerte. Los demás mortales nos abandonamos a nuestra individualidad en el triste espacio de nuestra intimidad. Espacio infeccioso como señala la afinidad semántica: "tomar", "tumor"..."intimidad".
La paradoja radica en que la persona crece en el fértil mantillo de la comunidad que lo trasciende y lo realiza y el mantillo - esto no puede olvidarse - resulta de la descomposición, fermentación y putrefacción de la materia orgánica superficial. No digamos más.
En este contexto se hace visible la relevancia de la construcción de tipos, arquetipos o caracteres - diríamos "personas" en un sentido que desborda su génesis trágica - al modo en que se han desarrollado desde Teofrasto a Canetti.

DE LA NADA, QUE AVANZA

Ese título es casi un lugar común, el desierto debiera habernos asfixiado ya. Acaso lo ha hecho. Me miro las manos, nervudas y cruzadas de v...