27/12/09

Último Paso


"Año nuevo, vida nueva" afirma el común sin reparar en que no hay tránsito a nueva vida sin muerte previa. No quiero tanto, bastará con una reforma. Había pensado, amante como soy de las ceremonias y completamente incapacitado para las mismas, en destruir este blog la próxima noche del 31 de diciembre; acaso para rehacerlo bajo máscaras nuevas o, simplemente, para dedicarme a tareas de mayor importancia.
Estas páginas lo son únicamente por analogía, de hecho no tienen más consistencia que un viento electrónico, que la escritura sobre el agua, carecen de todo valor real. Ahora bien, para el que se sostiene sobre la mano que escribe, estas líneas adquieren un valor fundamental y el gesto de eliminarlas contiene un índice de auto-negación. Así las cosas, sólo puedo imaginar una par de labores de importancia superior a la poca cosa que aquí voy dejando: la escritura real de mayor aliento que el fragmento y la nota de paso y, primero y fundamental, el cuidado de mis hijos.
Por otra parte, son ya dos años y medio los que han pasado por mí desde el  filo de junio del 2007. Me he habituado a la nota ocasional, al comentario marginal y la cita señalada. Va quedando un leve rastro, sin trascendencia ni profundidad, pero que me ofrece una singular perspectiva de ese mínimo tránsito. Mi primer hijo nació en julio de ese mismo año y no veo que haya de desprenderme de los hitos de la pequeña parcela en que su padre habitaba.
Es cierto que ha servido este tiempo para medir la enorme soledad de ese minúsculo ámbito: véanse el número de comentarios que he recibido. Sé que sólo tengo un par de lectores compasivos y me propuse sostener esta labor como un ejercicio de firmeza contra viento y marea, es decir, contra el absoluto mutismo y el horizonte vacío. También es cierto que mis apelaciones al "yo sé quien soy" de nuestro D. Quijote, antes que mi fortaleza mostraban que no las tenía todas conmigo. Tampoco es tan grande mi soberbia. Agradezco al par de amigos, digo a los dos, sus acertados comentarios.
No me desharé de estas páginas pero no veo cómo puedan prosperar. Sólo unas lecturas que me resultan cada vez más difíciles, ante la enorme cantidad de tareas cotidianas que tengo que afrontar, podrían servir para colmar las mínimas entradas que exige el pulso vivo de este espacio. Convertirlo en el lugar de un diario carece de sentido dada la inanidad de mis días y el poco peso de mi persona. ¿Qué podría hacer?.
Un ejercicio de fe, veremos lo que va pasando. El último paso está siempre al alcance de mi mano. He tomado un par de determinaciones: renovar el espectáculo y modificar las intenciones. Las iré viendo con los días y puede que las vean también el par de amigos, que acaso lleguen a durar lo que dure mi débil persistencia, que puede ser contumacia.

7 comentarios:

Xacinto dijo...

Pues reforma.
Pero que ni se te ocurra morirte.
Pardiez.

Escoliasta dijo...

No llega a tanto, desde luego. Basta con callarse, pero siendo meramente "loquens" lo cierto es que no dejaría de ser un preludio de la muerte. La cuestión es la de si nos reducimos a hablar (leer y escribir) o hay en nosotros otras potencias. Por supuesto esto incluye la cuestión sobre la ordenación de estas potencias. Y, la impotencia de no encontrar otro modo y medio de expresión que el triste espacio electrónico y otro contenido que la anodina vida de un trabajador moderno. No es un panorama alentador, pero - como decía - aquí estamos y aquí seguiremos para ir viendo...

Ignacio dijo...

Bueno, es hora de que yo entonces, seguidor habitual de las líneas que con esmero dibujas se desenmascare también. Alumno suyo el pasado año, deleitado por el camino de la recta filosofía tuve que abandonar muy a mi pesar la Sociología y dejarla para después de haber adquirido algo de conocimiento filosófico enmbarcarme de nuevo con ella a lugares espero inhóspitos.

Por tanto quiero decir, que como impulsor (usted) de un mortal ávido de conocimientos que eligió un cambio, avivado por el fuego de su discurso, sólo le pido que si va seguir tratando de despertar y remover conciencias al más puro estilo, deje constancia de en qué rocóndito sitio del ciberespacio continuará su labor.

Gracias.

Escoliasta dijo...

Muy reconfortante, Ignacio. Muchas gracias.

Alfonso dijo...

Dios no aniquilaría Sodoma y Gomorra si se encontraba un solo hombre justo, y tu quieres callarte teniendo, no la posibilidad, sino la certeza de, como mínimo, el doble de lectores. Por supuesto que uno escribe para que lo lean, pero no para que lo lean a toda costa.
Además de que con estas breves anotaciones (o al menos a mí así me sucede) se clarifican ideas porque adquieren una forma más definida al articularse en palabras, son también el fruto, por precario que resulte, no de un trabajo, sino de una necesidad. Si tal necesidad, por añadidura, trabaja con paciente, hacendosa y humilde dedicación, la consagración misma a tal tarea, cuando menos, ya es el fruto que rinde.
Aparte de todo esto, no sé por qué, pero me huele que te deprime el trato con los filósofos.

Escoliasta dijo...

En fin, muchas gracias. ¿Puede decirse algo más?

Escoliasta dijo...

Una virtualidad de esta actividad sostenida: Se contemplan recurrencias, así al final del año un decadencia de la propia fortaleza, un titubeo repetido, el mismo triste lamento. De ahí, naturalmente, un propósito de enmienda: "mantenella e no enmendalla". De nuevo, mis agradecimientos.

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