De un artículo de Enrique García Máiquez tomo dos versos de Miguel Hernández que siempre he sabido, sin saber por qué era Miguel Hernández por mí tan querido.
Porque te quiero sin tregua
Porque mi querer no acaba en ti
Mujer: que en ti empieza.
Yo te quiero hasta tus hijos
Y hasta los hijos que tengan.
Yo no te quiero en ti sola:
Te quiero en tu descendencia
Sin saberlo. Por su sumisión a las fórmulas sacramentales, diré fundamentales, de casamiento:
Ducere uxorem liberum quaerendorum causa
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1 comentario:
Muy bello. Muy verdadero.
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