22/11/10

Campesinos/2

El capital acumulado inicialmente a partir de la expropiación de bienes eclesiásticos, con ocasión de las reformas, parece haber sido el primer alimento del Leviatán. Pero la institución del Estado - ya bajo la forma inicial del absolutismo político - formaliza la exacción, el latrocinio y el robo. Y esto no sólo ni principalmente sobre magnates y príncipes de una nobleza crecientemente asimilada o extinguida, sino sobre unos campesinos numerosos, duros y reacios: auténtica raíz de la resistencia. La comunidad está ligada al campesinado pre-industrial y es difícil creer que pudiera concebirse alguna forma de cercanía comunitaria contando con los medios de la industria. Parece que definitivamente Estado y Mercado - facies de la Sociedad, que es, a su vez, la forma de agregación de los nuevos ciudadanos-consumidores - han destruido una comunidad anclada en la tradición campesina.

"Habitualmente son las presiones hostiles ejercidas sobre la economía de subsistencia (impuestos abusivos, endeudamiento crónico, privatizaciones de recursos comunales, disolución de obligaciones patrimoniales etc...) y no la emergencia de oportunidades de acumulación, las que originaron la conversión de los campesinos a los cultivos comerciales y de expropiación" (Mike Davis. 2003)

Y aunque en general quien, como Mike Davis, señala en la dirección adecuada, carece, sin embargo, de la suficiente sutileza porque:1. ni la tradición conoce una economía de estricta subsistencia, 2. ni - en ese contexto - podría concebirse un impuesto que no fuera abusivo, 3. ni - por la misma razón - puede llamarse privatización a la muy civil rapiña  urbana de las enclosures, 4. ni la disolución de obligaciones patrimoniales puede legitimarse de ningún modo, por la simple razón  de que atentan contra el fundamento de la única autoridad, fuente de legitimidad. 5. Por último, la idea de una "emergencia de oportunidades de acumulación" ya está dada en un contexto abstractamente económico que parece olvidar que la tradición es siempre acumulativa y, por tanto, delicada fuente de bienes (no meramente económicos).

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