´"Porque habrá entonces una gran tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni volverá a haberla.Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días." (Mateo 24. 21-22)
Las universidades madrileñas ofrecen más de mil quinientos títulos de grado, la estructura del examen que permite acceder a los estudios universitarios (P.A.U) ha alcanzado un grado de diversidad y complejidad, al parecer propia de nuestro tiempo. Agencias de evaluación y departamentos de calidad establecen el valor de una obra, acaso como las agencias de calificación de riesgo estiman - desde su altura soberana - el valor del producto que rinden empresas y/o estados. En todo caso fiscalizan la labor académica como los departamentos de calidad observan la actividad productiva.
Jamás una masa de población del volumen de la actual ha deambulado de un sitio para otro actualizando su formación, en el seno de un sistema tentacular tan diverso y, al parecer, tan complejo. Maestrías en Igualdad de Género o en Felicidad Personal comparten escaparate con numerosos estudios orientados a la "actividad emprendedora".
Semejante multiplicación aparente del saber, que además se titula habitualmente científico, esconde detrás un desorden intelectual y moral, sin par en el tiempo histórico. Jamás ha podido presentarse un tiempo de tal grado de inanidad filosófica, de perfecta imbecilidad intelectual. Su vínculo con ubicuos fenómenos de corrupción social no debería resultar oscuro para cualquiera dispuesto a ver.
Es cada vez más un ejercicio de sacrificio real ponerse a leer alguno de los manuales de tan abundantísimas materias. Pero el desorden íntimo procede de la raíz moral de las personas y este desorden converge con la negación de los vínculos antropológicos que constituyen una tal realidad personal. Nunca agradeceremos bastante la señalada reducción de los tiempos.
1 comentario:
¿Deduzco que ya estás preparando el próximo curso universitario?
Tómatelo con buen temple.¡Qué bueno que no falten ocasiones de decir lo que a uno mismo no le conviene! ¿Me explico?
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