Hay figuras intempestivas, impropias de nuestros días, que tienen en su contra toda la potencia del tiempo nuevo. Pero su resistencia indica que la aparente fuerza de la modernidad es sólo máscara de su feble estructura desmoralizada. La quijotesca delgaldez de la figura significa una voluntad que consume toda la energía en su acto de afirmación. Y es el cuerpo afirmativo de la negativa sombra nietzscheana: su elegante gravedad desmiente la presunta levedad de bailarín del superhombre. Nada menos que todo un hombre, por decirlo con Unamuno.
Salud.
Salud.
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