26/7/11

Gustavo Bueno y 15 M

Se estará o no de acuerdo con el diagnóstico que Gustavo Bueno ofrece aquí en relación con el movimiento del 15 de mayo, pero la figura que percibe no puede tener mayor interés. La entrevista ofrece mucho más, pero también una respetable consideración del mentado movimiento.
La concepción del 15 M como movimiento de alcance metapolítico  (no meramente político) lo dispone en un plano irreductible a términos políticos, sin que esto signifique que se trate de un movimiento a-político. Su consideración histórica (ontológica) del fenómeno alcanza un estrato elemental, más allá de la estrecha consideración del mismo como otro "fenómeno social". G. Bueno juzga ontológicamente fundamental el citado movimiento, aunque esto pudiera ponerle radicalmente en guardia contra el mismo. Por lo demás, aunque su potencia real se fijará en el porvenir, su índole está aquí bien figurada.

"La introducción que usted hace a los problemas planteados por los «indignados» que reivindican en España la democracia (y que usted compara con las reivindicaciones formuladas en distintas regiones del mundo islámico) me recuerda la afinidad entre estos movimientos y otros movimientos históricos, por ejemplo, el de los albigenses de los siglos XII y XIII, del mediodía de Francia. Los albigenses constituyeron un movimiento de gentes analfabetas, que se enfrentaron contra los señores feudales, condes o reyes de Francia y de Aragón, pero muy especialmente contra la jerarquía eclesiástica de la iglesia católica; y esta fue la razón principal de la intervención del Papa, de Santo Domingo de Guzmán. Los enfrentamientos se hacían en nombre del cristianismo primitivo y atacaban el cristianismo organizado: quemaban cruces, imágenes de santos e iglesias y se oponían a las órdenes religiosas en nombre del cristianismo, a la manera como los “indignados” se oponen a los partidos políticos en nombre de la democracia. Pero así como los albigenses (o después los valdenses, o más tarde los anabaptistas) no creo que puedan considerarse como movimientos políticos, aunque tuvieron implicaciones políticas inmediatas (al ser aprovechados por determinados señores en sus luchas contra otros), así tampoco me parece que a los “indignados” se les deba considerar como un movimiento político democrático, sino más bien como un movimiento “anarquista”. En este sentido el movimiento de los “indignados” puede tener una importancia social y política mucho mayor que si fuera un embrión de partido político; depende de la cantidad de gentes “antisistema” (generalmente jóvenes de clases medias, parados, incluso pertenecientes a clases altas) que se le pueda irse incorporando. El ideólogo francés Esteban Hessel podría así ser comparado con Pedro de Bruys, de Aquitania, o con Pedro de Valdo, hijo de un rico comerciante de Lyon. En este sentido me parece que es prematuro calibrar la importancia del movimiento internacional de los “indignados” pero, en todo caso, no debe ocultarse la posibilidad de convertirse en un movimiento de la mayor importancia para la democracia real, a la manera como los movimientos afines al protestantismo luterano, aprovechados inmediatamente por los príncipes alemanes llegaron a tener un peso decisivo en la evolución de la historia moderna (europea y americana: me refiero a la influencia del puritanismo en la democracia de los Estados Unidos del Norte de América)."

24/7/11

Unzeitgemässe Gestalten

Hay figuras intempestivas, impropias de nuestros días, que tienen en su contra toda la potencia del tiempo nuevo. Pero su resistencia indica que la aparente fuerza de la modernidad es sólo máscara de su feble estructura desmoralizada. La quijotesca delgaldez de la figura significa una voluntad que consume toda la energía en su acto de afirmación. Y es el cuerpo afirmativo de la negativa sombra nietzscheana: su elegante gravedad desmiente la presunta levedad de bailarín del superhombre. Nada menos que todo un hombre, por decirlo con Unamuno.
Salud.

21/7/11

Perestroika (2)

El final de la Unión Soviética supuso efectos históricos de enorme alcance, pero en el terreno educativo no puedo dejar de recordar que coincidió con la implantación de la LOGSE. Los acontecimientos históricos de primera magnitud arrastran una gran cantidad de alteraciones menores, en concurrencia con líneas de causalidad de muy diversos órdenes. Así pues, entiendo que el final de la URSS remótamente coadyuvó a la transformación de nuestro modelo educativo: diversificación creciente, introducción de contenidos ultramodernos, psicologización y tutorización cívica de la población...  Ese modelo ha ido acentuando su inconsistencia con los años, siempre en la atmósfera del final del mundo histórico y la era del paraíso liberal o democrático, que la victoria del "Mundo Libre" había hecho posible.
Los elementos nuevos de la situación educativa crecían en la atmósfera psicopedagógica y suponían - en general - una liberalización educativa: optatividad, atención psicológica "personalizada", relajación disciplinaria... todo ello unido a la terrible infección relativista sobre los contenidos histórico-filosóficos de la vieja tradición. Esta relativización, por lo demás parte de un proceso multisecular, es un elemento ideológico esencial para hacer pasar la liberalización eductiva en cuestión. Además, por entonces tales contenidos tradicionales se vincularon al franquismo, delatándose un criptofranquismo ubicuo, que sirvió para demoler contenidos cuya raíz - constitutiva de la vieja Europa - se encontraba a muchos siglos de distancia de nuestra guerra civil. Se trataba de un ataque en forma a la tradición, de la que han participado, también y por supuesto, los liberales que, sin embargo, aún aceptaban llamarse conservadores. En fin, entre socialdemócratas y liberales pseudoconservadores (las fuerzas que han gestionado en Europa el resultado de la gran guerra durante los últimas siete décadas) han ido hundiendo los, en cualquier caso, residuales contenidos histórico-filosóficos de la educación tradicional; y así hemos llegado a la actual coyuntura. En otros países, en los que el proceso es anterior, dado que aquí el franquismo supuso una anomalía de treinta años, se preservaron en contextos de laboratorio auténticas élites, todavía consagradas al estudio en su sentido clásico, élites que han ido sucumbiendo parsimoniosamente. En España esas minorías han carecido del carácter artificial y elitista de las momias europeas de la cultura, pero han ido desapareciendo con la extinción misma de sus vidas individuales en los últimos treinta y cinco años de democracia coronada. Eran además fácilmente reos de la eficaz acusación de criptofranquismo. Hoy ya no queda casi nada.
Cuando leo que la reestructuración actual de la educación pública suprime las tutorías... casi sufro un espejismo. Sería hermoso erradicar las tutorías y con ellas a los profesionales de la orientación y todo el caldo insubstancial del pedagogismo moderno. Pero el espejismo dura un instante, es una medida sin gravedad, un elemento más en la reconversión económica del sector. La nueva reestructuración es una explosión relativista final que ha de conducir a la perfecta liberalización de la educación, sometida fielmente a las exigencias del mercado.
Cito a uno de los anómalos supervivientes de nuestro pasado inmediato, cuya lectura recomiendo encarecidamente a los profesores de secundaria en nuestro actual verano de militancia. Escribió Rafael Sánchez:

"Parece que sigue estando en discusión la dualidad entre enseñanza pública y enseñanza privada. Al distinguir la segunda con la sola determinación de "privada" se pasa en silencio el rasgo en que habría que haber puesto antes el acento: "de pago". Como tal discusión se ha centrado en la reivindicación del derecho de la libertad de enseñanza, se ha dejado de lado el factor principal: que los papás y las mamás que reclaman libertad de elegir para sus hijos la enseñanza que crean conveniente tienden a mandarlos a "colegios de pago". Sólo los de mi ya avanzada edad recordarán el enorme valor que tenía la fórmula "Un muchacho educado en los mejores colegios de pago", como una credencial cotizadísima no sólo para lograr un puesto, sino incluso para contraer matrimonio La diferencia está en que mienstra hoy hay muchos colegios de pago, y que pueden por tanto contratar profesores más caros, que están en manos de laicos, en mi tiempo casi todos los colegios de pago eran de religiosos. Y esta diferencia aparejaba, además, lo siguiente: un colegio de jesuitas, por ejemplo, sacaba todos su profesores, salvo raras excepciones, de la propia Compañía de Jesús; profesores, que, al estar sometidos al voto de pobreza, no recibían remuneración alguna, de modo que los colegios de pago de los jesuitas, por mucho que la Compañía se reservase un mayor o menor porcentaje de ganancia para las atenciones y finalidades de la propia institución, podían mantener los precios a un nivel por lo menos relativamente bajo, aparte de admitir un cierto número de becarios. (...). Por otra parte, estaría muy equivocado el que pensara que aquellos profesores jesuitas, sin salario alguno, fuesen mínimamente incompetentes en sus asignaturas respectivas, por el contrario, yo mismo habiendo estudiado cuatro años en el internado de Villafranca de los Barros, puedo dar fe de la excelente calidad académica que en todas las asignaturas exigían y lograban los jesuitas de su profesorado... (...)...
Como quiera que sea, hay que decir que los colegios de pago religiosos, ajenos por lo menos en principio, al furor de lucro, nunca podrían haber elevado sus matrículas hasta los niveles de la escala de precios que los actuales colegios de pago de carácter laico, y por tanto con el pleno derecho de regirse pro el puro criterio de la maximización del beneficio empresarial, pueden llegar a permitirse alcanzar. (...). ....estos colegos de pago laicos, en cuanto empresas privadas plenamente modeladas con arreglo al principio liberal del beneficio, podrían llegar a multiplicar por 5 o por 50, a través de los precios de matrícula, la profundidad del escalón económico y social que antaño se interponía entre "la niñas de pago" y las "gratuitas". No queda más que defender la enseñanza gratuita, que hoy por hoy se nos ofrece como enseñanza pública estatal, pero teniendo en cuenta que los que propugnan la libertad de enseñanza no sólo apoyan en su nombre la existencia de enseñanza privada, sino que también coinciden en gran parte con los apologetas del "Estado mínimo"... .
(...)Al fomentar con una propaganda cada vez más insistente, una desconfianza generalizada hacia las instituciones estatales, es sólo una ficción - que hasta los propios "antiestatistas" se creen de buena fe - la de que lo que se está haciendo es tratar de liberar a los individuos del carácter opresivo, "dirigista", del Estado (...), lo que se logra, en realidad, es inducir una actitud de retraimiento antisocial, de recelosa y atemorizada prevención frente a todo ámbito de vida pública, como debería ser precisamente, en grado máximo, el de la enseñanza.(...).... lo que en verdad se manifiesta no es sino la presión de una economía privatizante por disolver - en un circuito de realimentación positiva, efecto y causa de sus propias consecuencias - los últimos residuos de socialidad y vida pública. Halagando aquel triste ... fetiche de la Ilustración: "la autonomía del individuo", con el espejuelo del derecho de cada cual como contribuyente y como consumidor, en lo que se termina es en desalojar la plaza pública y enclaustar a los individuos en la estrechez psicológica y mental de su privacidad.
De la ya mencionada invasión de lo público por lo privado, la manifestación más ostensible y más sangrante y que agrede y corroe más fuertemente el carácter eminentemente público que deberían tener las relaciones de enseñanza es la práctica consuetudinaria, establecida en los últimos 20 o 30 años y hoy no sé si hasta jurídicamente sancionada, del derecho de intervención que se concede a los papás y las mamás de los alumnos, no sólo en los colegios de pago, sino también, aunque no sé en qué grado en los colegios o institutos públicos, para coprotagonizar con los profesores las tareas de la enseñanza" (Rafael Sánchez Ferlosio. Borriquitos con chandal. En: La hija de la guerra y la madre de la patria. Destino. Barcelona. 2002, págs.17-45)

Añadiría que la presencia de la función orientadora y de la tutoría supone no ya una invasión, sino una conversión de la labor pública en ejercico psicológico y formal de atención privada. Añadiría que sólo disponiendo el proceso que señala Ferlosio en perspectiva histórica, y por lo mismo política, podríamos llegar a entender el presente al que nos vemos traídos. 

19/7/11

Perestroika (1)

La educación pública pasa por un cuerpo de funcionarios que, procedentes del tiempo del viejo estado nacional, se han venido encontrando relativamente al margen de las tendencias del nuevo mercado sin horizonte. Esa posición marginal es culpable, según cierto estúpido juicio, de una desatención educativa al único índice real y determinante de toda decisión racional: el nuevo mercado sin historia. El tema no es nuevo y aquí mismo hemos evocado la nota de Jünger al respecto, ya sea relativa al efecto hondo del proceso o a la configuración íntegramente instrumental de la educación. En realidad son abundantes en este lugar las referencias al esencial momento educativo del proceso de la modernidad, a la concepción moderna de la familia, a la tragedia actual de la vida personal bajo el nuevo orden ilustrado... Este sitio no tiene, en realidad, otro contenido.
Derruida toda formación fundamental (religiosa, metafísica y, por fin, política) ese profesorado es difícilmente funcional para las nuevas exigencias meramente técnicas del tiempo post-histórico. Sería, por fin, el tiempo de reestructurar las viejas formaciones institucionales para adecuarlas al mundo del fin de la historia.
Pero con semejante exigencia vanguardista se disponen, como ha hecho toda vanguardia, en el más perfecto pasado. Ignorantes y peligrosos entonan, sin saberlo, cíclicos temas consabidos que conducen, una y otra vez, a análogos efectos pero a escalas terriblemente aumentadas.

Opiniones "técnicas": aquí y aquí.
Decisiones efectivas: aquí y aquí.

Iremos detallando la reestructuración.

18/7/11

De tómbolas y subastas o la modernidad sin alternativas.

El mercado satura el mundo de la vida, del que no queda rastro. El proceso de la modernidad puede juzgarse culminado. Y llegados a este punto conviene establecer lo más obvio. Así como Antoine de Rivarol sabía hace más de dos siglos que el señor, endeudado, era un esclavo de sus acreedores, hemos de empezar hoy a reconocer a nuestros señores. "casi todos los súbditos son acreedores del señor…, que así resulta esclavo, como todo deudor" (Rivarol)
Los señores de la tómbola electoral son únicamente comparsa de los señores de la gran subasta. En el proceso de reformas que los señores nos exigen, hemos de empezar por deshacernos de algunos absurdos, sirva de ejemplo la expresión contradictoria "deuda soberana". Un soberano no tiene deudas, él es el único acreedor. ¿Cómo podría servir de garantía del cumplimiento de las obligaciones el que se encuentra obligado?.
Ya hace tiempo que deberíamos saber, incluso los más recalcitrantes y refractarios a la nueva Realidad, que el Estado nacional que coadyuvó al despliegue del  mercado nacional ha quedado reducido a medio, si no a comparsa - como dije arriba - al servicio del mercado cósmico, quiero decir mundial. Mercado financiero tras el cual las formaciones dominantes detentan una soberanía que no se ejerce más que en el juego descabezado del incremento de beneficio. El ya viejo equilibrio - otrora europeo, hace tiempo mundial - que fue el único ortograma regente de la acción política internacional, está ahora tutelado por las fuerzas del mercado, que - tras haber transitado por un proceso de neutralización religiosa, moral o metafísica - se quieren hoy también políticamente neutralizadas. Con esto significan que no les mueve la hegemonía política, la expansión y el dominio sobre los restos históricos del mundo, sino únicamente la disciplinada observancia del último principio existente, técnicamente absoluto, vacío de cualquier ganga o escoria no económica. Una escoria que ya sólo merece una determinación negativa respecto de la única realidad económica (aquí las referencias continuas a la empresa estatal y la marca "España").
Admitida la realización plena de la modernidad (aquí valdría también ilustración y una serie de términos análogos, dicho sea en honor de los que aún husmean una modernidad o ilustración alternativa) lamento, sobre todo, la imposibilidad de arrodillarnos - puesto que hemos sido vencidos - ante la persona del nuevo soberano. Es un orden impersonal y abstracto que ya hoy sería ridículo presentar en la vieja figura de una mujer con gorro frigio, como aquella diosa Razón que se alzó en el pedestal de la Madre del  Señor, en el simbólico lugar de este proceso, que no era la prisión de la Bastilla, sino la Catedral de Nuestra Señora de París. No hay imagen que pueda figurar su rostro, la Razón está definitivamente más allá de la Imaginación.

15/7/11

Excelente política de la Excelentísima presidenta de todas las excelencias.


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7/7/11

Visto y no visto: Aguirre excelentísima.

La antigua analogía entre la vida civil y el teatro ha resultado y resulta, sin duda, muy fértil. Es cierto que a menudo sucede que olvidamos la índole metafórica de esta imagen y extremamos las semejanzas olvidando la diferencia esencial sobre la que la analogía se sostiene: la persona no es un personaje, el espacio público no es un escenario...
En función de esta analogía el hypókrítes resulta ser la propia conciencia singular, el núcleo personal de la acción singular: es la conciencia que soporta la máscara pública. La disociación entre ambas dimensiones no consiente su separación real, pero tan anómalo como el que padeciera una distancia infinita entre su centro oculto y su manifestación pública, sería el que padeciera una inmediación sin distancia entre conciencia y acción. La disociación forma parte de la naturaleza trágica de la persona.
Pero - establecidos estos puntos - los momentos en que se desvela (aletheia) bajo la máscara el gesto invisible, permiten reconstruir la figura completa de un rostro. Se culmina verdaderamente la imagen de la persona completa. Es metafísica la concepción de ese fondo oculto en términos de conciencia individual exenta: uno solo a solas consigo mismo, en una suerte de unidad de totalidad o simplicidad perfecta que sólo tiene sentido como concepto límite. Esa intima unidad remite a círculos de relación más estrechos, pequeño teatro en el que el sujeto ofrece, ante sus prójimos más cercanos, un gesto que esconde en el gran teatro del mundo.
Dª Esperanza Aguirre ha sido inadvertidamente oída por el gran público cuando se presentaba ante círculos de próximidad a los que habitualmente no tiene acceso la expectante ciudadanía. Como todo hijo de vecino ha dejado ver un momento de su figura personal que no se ajusta perfectamente con su imagen pública. Esto, como decía, es lo común y nada hay en esa disonancia que haya de reprobrarse. Pero así como no lo reprobamos - como haría el moralista abstracto que en su indignada actitud esconde de hecho, un neo-catarismo radicalmente hipócrita - sin embargo, tratamos de aprender lo que esta oportunidad nos ofrece, en la medida en que nos permite completar nuestra imagen del verdadero rostro de la excelentísima presidenta.
Por mi parte, al margen del contenido de unas frases atrapadas en uno u otro momento, referidas o no a algún adversario político o una situación específica, me sorprende el contraste entre la voz meliflua que alaba la que llama excelencia educativa y el bilingüismo eficaz, y el durísimo susurro que alude al hijoputa o al puto duro. Si al menos nuestros ineducados oídos hubieran escuchado el inconfundible fuck off! o el kiss my ass! de la hermosa lengua de los piratas... No ha sido así, Aguirre ha pronunciado un muy castizo título, que nos da idea de la dureza de su persona, aviso importante tanto para su administrada ciudadanía cuanto para sus adversarios y enemigos políticos. Es muy posible que lo que aquí se revela no estuviera oculto, pero su contundencia es indudablemente un nuevo dato.

6/7/11

Consagración del Imbécil.

´"Porque habrá entonces una gran tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni volverá a haberla.Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días." (Mateo 24. 21-22)

Las universidades madrileñas ofrecen más de mil quinientos títulos de grado, la estructura del examen que permite acceder a los estudios universitarios (P.A.U) ha alcanzado un grado de diversidad y complejidad, al parecer propia de nuestro tiempo. Agencias de evaluación y departamentos de calidad establecen el valor de una obra, acaso como las agencias de calificación de riesgo estiman - desde su altura soberana - el valor del producto que rinden empresas y/o estados. En todo caso fiscalizan la labor académica como los departamentos de calidad observan la actividad productiva. 
Jamás una masa de población del volumen de la actual ha deambulado de un sitio para otro actualizando su formación, en el seno de un sistema tentacular tan diverso y, al parecer, tan complejo. Maestrías en Igualdad de Género o en Felicidad  Personal comparten escaparate con numerosos estudios orientados a la "actividad emprendedora". 
Semejante multiplicación aparente del saber, que además se titula habitualmente científico, esconde detrás un desorden intelectual y moral, sin par en el tiempo histórico. Jamás ha podido presentarse un tiempo de tal grado de inanidad filosófica, de perfecta imbecilidad intelectual. Su vínculo con ubicuos fenómenos de corrupción social no debería resultar oscuro para cualquiera dispuesto a ver. 
Es cada vez más un ejercicio de sacrificio real ponerse a leer alguno de los manuales de tan abundantísimas materias. Pero el desorden íntimo procede de la raíz moral de las personas y este desorden converge con la negación de los vínculos antropológicos que constituyen una tal realidad personal. Nunca agradeceremos bastante la señalada reducción de los tiempos.

2/7/11

Diez años, un siglo.

En un texto, cuyo interés es difícil exagerar, figura al paso una referencia que, hecha a poco más de diez años, resulta hoy remota, como escrita en los viejos tiempos de la metafísica. En el año 2000 publicó H. G. Gadamer:
"Claro está que las ciencias del espíritu también se han visto arrastradas por el ideal metodológico moderno hacia una severa disciplina, con lo que han acabado por regirse según el modelo científico de las ciencias de la naturaleza. Quien no esté ciego reconocerá incluso que la progresión técnica de nuestra época está ejerciendo sobre las ciencias del espíritu una influencia cada vez más fuerte. No hay más que ver los métodos y la fraseología de esas ciencias. Habría ya que preguntarse si en la segunda mitad del siglo XX no se ha producido en ellas un corrimiento que, como siga así, acabará por hacer obsoleta la propia denominación de "ciencias del espíritu". Me refiero a la cantidad cada vez mayor de matemáticas y estadística que se encuentra en ellas, y que está dando un nuevo aspecto a algunas, sobre todo a las ciencias sociales. En algunos casos, por ejemplo, a la hora de organizar academias científicas, se empieza por llamar a las ciencias del espíritu "ciencias histórico-filológicas" 1 . Esto en otro tiempo, podría fácilmente haberse tomado como equivalente genérico del conjunto de ellas. Ahora en cambio, con las nuevas tendencias, esto ya no es tan seguro." (H. G. Gadamer)

1 Entre nosotros se las nombra dolorosamente:"Humanidades Contemporáneas".

DE LA NADA, QUE AVANZA

Ese título es casi un lugar común, el desierto debiera habernos asfixiado ya. Acaso lo ha hecho. Me miro las manos, nervudas y cruzadas de v...